Monday, May 2, 2011

CARTA DE RESPUESTA DE JOSE ESTEBAN ESPONDA A LUIS SCHWARZ

Queridos amigos, amigas, queridos todos:

No sé por dónde empezar…no sé, no lo sé…quizá  por decir gracias, por dar las gracias públicamente y de corazón al Maestro Luis Schawrz a Luis Alonso Schwarz Gasque, por la carta que ha escrito esta tarde que tiene como destinatario a un servidor pero que es para todos, así lo siento; que no es para guardarse en un archivo, ni meterse en el cajón, permítanme compartirla, yo escribí a Luis hace dos semanas y ante la falta de respuesta nunca dude, solo creí que su correo estaba mal, esta tarde recibí su respuesta, tengo que confesar que su carta me cimbro hasta los tuétanos, que todas las emociones de repente me asaltaron al unísono mientras leía su carta, que mis oídos, mis ojos, mi corazón se estrujaba, he oído muchas cosas en estos días, todas de gran calidad, pero hay pocas personas con la elocuencia de Luis Schwarz para expresarse, para hacerte vibrar, yo abrazo a Luis Schawarz en este momento y le digo, Querido Luis, mi amigo, mi compañero, mi hermano, tan solo por tener esta carta, por ser la ventana de tus sentimientos, yo volaría, querido amigo, tu grandeza está en tus palabras, descrita ahí está la odisea de nuestras vidas, los rasgos de dolor y de gozo, la profunda y anhelada juventud de nuestras vidas, que manera de describir el Liceo de Luis, que manera de recordar al Señor Taylor, con que precisión, con que elegancia.

Me fundo en cada palabra con tu acento, con tu voz, somos una sola voz amigo mío, la voz de ese tiempo, la voz de aquel momento, esta carta de Luis, tiene que darnos a todos la certeza de que estamos en el camino correcto en la ruta de esta reunión, que la ruta del reencuentro solo puede llevarnos a reír y reír más con más ganas, a reír como en aquellos días, a reír juntos, pero también es la ruta del retorno de la amistad, de la felicidad, nosotros los de entonces, ya no somos los mismos, pero tal vez lo somos,.

Esta carta me reintegra a la esperanza de saber, de creer que no estamos solos en esta idea, que en el corazón de nosotros está la intensa vibración que nos lleva como en un sueño al 21 de mayo a regresar al madero, a volver a caminar por sus jardines!

Permítanme ponerme de pie, permítanme aplaudir de pie al maestro schwarz, permítanme por favor en su presencia, dar un gran abrazo a Luis schwarz, agradecerle, decirle amigo, gracias por tu compañía, por tu reencuentro, por la mágica fuerza de tu palabra, que me hace vivir, que me hace sentir, hubo una voz interior que me llevó a Luis, busque su correo, su teléfono, finalmente llegó. Hoy se el porqué de mi intensa busca, gracias a Elsa su hermana, Elsa la magnífica, y a carmen Cedillo por devolvernos a schwarz hoy sé que buscaba al amigo, al compañero de sueños, al que compartió conmigo intensas pasiones y logros…

Imaginen mi sentimiento cuando Luis habla de su diploma de tercer lugar en oratoria en 1974, el año del centenario, imaginen lo que sentí de recordar que en aquella aciaga tarde que marcó nuestras vidas quedamos tres finalistas,  Jose Luis ramos, Luis Schwarz y yo, uno de tercero, uno de segundo y yo de primero de prepa, nunca olvidaré ese dia, porque nunca disfrute tanto la victoria, había oído a luis y a ramos, sabía que eran dos mounstros de la oratoria, que para ganarles tendría que hacer algo más que hablar, no sé de dónde las fuerzas vinieron a mí, esa tarde supe que podría enfrentarme con mi propio miedo, que tenía con que, es cierto que gané, que tuve el primer lugar, pero puedo decirles que ganar a un hombre de la calidad de Luis Schawrz es toda una experiencia de vida y hoy sé que esa victoria, no fue mía, que los tres ganamos, porque ese dia, amigos míos, ese dia yo nací, el hombre que ahora soy nació al calor de esa competencia, en esa tarde, ahí, junto a Luis Schawrz y a Jose Luis Ramos, ahí en los patios del Madero, ahí en el concurso de oratoria del centenario.

Ahí también, Luis y yo sellamos una amistad que aún perdura, que fue una competencia que nunca fue rivalidad, gracias a la calidad humana de Luis, calidad que queda manifiesta en la carta que hoy les comparto en archivo por separado en este correo y que les pido que lean, y que le pido a Mario Alberto Rivera, que la suba al blog, estoy muy orgulloso de luis Schwarz, como en el Madero sigo admirando su elocuencia, la calidad de su palabra, pero sobre todo la grandeza de su espíritu guerrero, Luis amigo mío, querido amigo, compañero de tantas y tan  memorables batallas, de interminables reuniones en las bancas de los jardines del Madero, aún no hemos acabado, nuestro dialogo interrumpido se reanuda hoy con la fuerza de tu discurso, que aderezado con la experiencia deliciosa de los años, le da una fuerza muy especial a tus palabras, de nuevo gracias por las referencias personales, pero gracias en nombre de todos, por hacernos vibrar con las partes comunes de tu carta, las secciones que atañen a todos, por regalarnos la fuerza de tu voz nuevamente.

Te agradeceré mi querido Luis, me aceptes en mi calidad de coordinador del Liceo del 21 de mayo, ser el titular del número de oratoria, si Luis, que tu palabra ese dia nos haga de nuevo vibrar a todos, que nos trasmitas tu emoción, que tu participación ese dia haga época, que las paredes del gimnasio se estrujen, que los corazones se agiten escuchándote, amigo, maestro, hermano del alma, tan querido, tan respetado, tan Luis Scwarz siempre, siempre….

No espero tu respuesta, la conozco, estoy anotando en mi libreta, el 21 de mayo, en el Liceo, escucharemos el verbo incandescente del gran orador, del amigo inolvidable, de Luis Scwarz, mi amigo tan querido, salve maestro,. Que todos queremos escucharte…abrazarte!!!

José Esteban Esponda

1 comment:

  1. Esponda, Ganaste varias veces el concurso de Oratoria, una de ellas estaba con tu hermano del cual era mi amigo e internos de la misma edad, después yo gane en oratoria en la secundaria y en la preparatoria, orgulloso me sentí de estar a tu nivel, pero ahora eso ya no me importa nada, cuando te salude en el Liceo, te pregunte por tu hermano, tu respuesta me acabo, con esa tragedia de aquel amigo de adolescencia, se me acabo la alegría y el amargo sabor de la muerte inundo mi boca y mi corazón.

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